
Los herederos del banquero Paul Mendelssohn Bartholdy denunciaron que la obra había sido vendida a la fuerza bajo el régimen nazi, en 1934, a un marchante berlinés, y exigieron suspender su venta. La fundación británica, que compró el cuadro en una subasta en 1995 por 18 millones de libras (28,3 millones de dólares al cambio actual), negó como carente de fundamento la reclamación de los herederos del banquero judío, argumentando que el cuadro, que ha cambiado de manos al menos cuatro veces desde 1934, había sido adquirido de buena fe a su anterior propietario.
Hace dos años, un tribunal neoyorquino pareció haber resuelto la disputa a favor de la fundación británica, al dictaminar que Julius Schoeps, sobrino nieto del banquero, no había podido demostrar que fuese el "legítimo heredero". Según informa hoy el diario británico 'The Independent', un abogado de Washington informó el jueves de que se había llegado finalmente a un acuerdo definitivo por el cual se considera a la fundación propietaria legítima del cuadro. (Para más información contactar a la autora del blog en autoresdelmundo@gmail.com)
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