(Con información de ElPais.es) - Los jueces han determinado, de nuevo, cuál fue el piano que tocó Chopin y la celda que habitó en Valldemossa, Mallorca, en el siglo XIX. Durante décadas existió en la Cartuja una polémica abierta, una trampa, publicidad engañosa, al mostrarse al público -previo pago-, en paralelo y en disputa dos pianos y dos celdas de Chopin'. Los falsos, un instrumento y una cédula, han perdido sus credenciales. 300.000 personas visitan al año la Cartuja. La entrada es de 8,5 euros.
La Audiencia de Palma ha vetado la publicidad engañosa sobre la estancia y el piano célebres, ejes de un potente imán cultural y de un tinglado turístico de gran calado económico. Durante años dos familias propietarias de los pianos y las celdas de la polémica exhibieron sus instrumentos y reivindicaron la autenticidad de sus respectivas pertenencias. Los condenados deberán omitir toda referencia directa a Chopin.Los propietarios han polemizado ante los tribunales con peritos de instrumentos, topógrafos sobre los dibujos de Maurice Sand, hijo de George Sand, la inclinación de las tejas y el perfil del campanario de Valldemossa, han hurgado en correspondencias, libros de historia, testimonios de referencia de las personas que dos siglos conocieron al músico en la isla. Además, obras sobre Chopin han sido vetadas y otras han sido modificadas para ajustarlas a la versión de una de las partes.
La explotación turística cultural surgió de Un invierno en Mallorca, libro de George Sand que construyó un mito romántico sobre su breve estancia con el músico Chopin, a lo largo de 53 días entre 1838 y 1939 en la cartuja del pueblo mallorquín y su viaje hasta Mallorca. (Para más información contactar a la autora del blog en autoresdelmundo@gmail.com)


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